domingo, 20 de mayo de 2018

El cordón umbilical



El Toro en México
Por el Bardo de la Taurina
 Acto I
No triunfar con la miel es tragar con la hiel, aunque mucho peor hubiese sido que Luis David Adame no le hubiese podido a sus toros en su presentación en este San Isidro, lo que sucedió el jueves pasado en el que Madrid le regalo una tarde apacible en lo climático, un cartel amable, unos toros con presencia sí, pero también sin fauces tiburoneras y uno de ellos el primero del aguascalentense que era un guardián ligero de una retacería más flojas y desprendidas que la virginidad a los treinta,  tandas cortas y limpias le receto el torero a un goloso  de Juan Pedro Domecq, que era tan colaborador y tan educado que apenas reclamaba cuando el torero lo dejaba con hambre en cada capítulo de tres y remate, porque no llegaba el cuarto, el quinto, el sexto,  que son los más complejos, los  se dan con las espuelas de la ambición, tandas que nunca terminaron de romper o de calar hasta la médula ni por la derecha, ni por la izquierda, al grado que  la gente coreo con más contundencia  lo alegórico en lo complementario que en lo básico de los lados sólidos.

  Luis David deberá de hacer un examen  en el que tome conciencia, que si en verdad quiere ser alguien en este galimatías, ha llegado el momento del corte del cordón umbilical y que empiece a depender auténticamente de lo que sea capaz de hacer por sí mismo y a volar la inclusión en los carteles bajo el sistema combo, donde la base es el hermano mayor.

La reflexión es y será piedra angular del crecimiento de los hombres que tienen con qué saber en dónde están parados y hasta donde el engranaje les puede dar pa’ rodar pa’ lante, porque también se rueda pa’ atrás y a veces hay que cuestionarse ¿si a donde se llegó,  es el techo?, y esto lo subrayo porque  aquí ya se escucha que si no llegó el triunfo grande es porque Luis David  toco su real nivel, en lo personal la opinión va en el sentido de la mesura que es la contraparte a las campanas del turrón y del badajo que escurre miel, y comienzo  diciendo que el torero entró a la plaza de Las Ventas siendo el primogénito de uno que nació antes que él y hoy puede anunciarse simplemente como Luis David el que no necesita ya ser el remedo ese que irrespetuosamente lanza la montera por los vientos de las tolvaneras al momento del serio ritual del brindis, hoy debió de haber aprendido que con el percal se debe de ir al centro dejando las tablas pa’ los resguardos y las comodidades, también debe de saber que en esto el son, el ritmo,  la duración y las pausas, las debe de imponer el torero, pa’ evitar que el toro al tercer muletazo este preguntando ¿dónde está la sarga?  Y de una vez decir que en esto es tan importante el cite como el  telar y si estos no se dan coordinados vienen los amontones,  luego tendrá que saber que después de una faena corta pero sobria no caben las valentonadas de las temerarias Bernardinas que también son copia del consanguíneo, ¡ya!,  ¡a cortarse el cordón umbilical!

 En fin, hoy solo son sensaciones las que debieron de haber sido tres  llaves peludas y una cola larga  con las que se estaría abriendo las puertas de las contrataciones, mas sin embargo ahora Luis David ganó el tenernos hablando de él, por lo que es él.

Acto II
Y ahora permítaseme constatar un hecho que entró dentro de lo extraño y que se suscitó el  sábado inmediato, llevando como actuante a otro de los muchos de apellido Adame que se dedican a buscar sobresalir en esto de los capotazos y los muletazos, se trata de José Guadalupe, un toreador que en esto tiene más de veinte años y que fue anunciado dentro de la Feria de San Isidro con dos fechas que ya ocurrieron con el registro de que en la primera de ellas pues dejó ir un triunfo más rotundo que una zarzuela en plena calle de Alcalá, no obstante eso la gente dejándose llevar por la inercia que había provocado el hermano menor y de la que ya dimos cuenta, letras arriba, pues sintonizó las pantallas y se encontró con que el segundo toro de Alcurrucén que le correspondía al torero de Aguascalientes, México, traía prendidas las orejas  con saliva indicando que con ellas podría abrirse la Puerta Grande sin ningún problema, salvo pa’ el toreador que como por acá se dice se le hizo bolas el engrudo y solito enterró, una vez más, cualquier ilusión.

Ante la decepción de lo que estábamos viendo y teniendo la glamorosa oferta de ver en otro canal la boda real del príncipe Harry  &  Meghan Markle, no en la Plaza de las Ventas sino en la capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor, donde el mano a mano terminó en  Puerta Grande, pues en tropel abandonamos la trasmisión madrileña, ya después a través del compendio, de cómo vio la prensa madrileña a José Adame nos enteramos que al extranjero y al presidente don Jesús María Gómez Martin, les fue como piñata por una congregación de pifias las que después de una hemorragia que el espadachín le provocó al difunto vacuno, desencadenó uno de los abaratamientos más patéticos que se hayan vivido en el palco, y es que la dignidad la honra y la tradición siempre se deberán de conducir con sobriedad.

Moraleja; Siempre será más sencillo ser reconocido dentro de la nobleza, que aspirar a ser una figura en el reino de los elegidos.



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