domingo, 4 de marzo de 2018

¡Ah, qué años aquellos!, cuando se respetaba a la Plaza Monumental



El Toro en México
Por Bardo de la Taurina

 El otro día en una nave de eventos  anexa al predio de la  Plaza México, el  director de la promotora  el matador Mario Zulaica,  monto un tinglado al estilo  añejo de los políticos priistas  con un tablón kilométrico desde el  que pregonó que van a dar un rosario de festejos novilleriles que andarán sobre los setenta y pico, aclarando que no todos se darán en la capital.

El caso es que el maratón con su arranque le devolvió a la Ciudad de México  las novilladas a partir de este domingo en el que partieron plaza un Isaac Fonseca, que anduvo sin andar del todo, faltándole desbordamiento efectivo por lo que  tendrá que asimilar que una cosa es la voluntad y otra es la enjundia, y solo decir que si se les ha esperado a otros de mínima valía, con más razón a éste que tiene con qué.

la cabeza trae neuronas que le giran en la cara del toro,  en el alma trae el sentimiento de la sobriedad que es el más caro y en su actuar técnico mostró  que lo bien aprendido le esta redituando y por eso lucio gratificantemente toda la tarde.  

Andrés Origel, un novillero que anda en busca de encontrarse con una línea de ejecutar, lo que por su estatura no va a ser otra que el toreo tridimensional que requiere de una técnica específica y ese solo el tiempo hará que lo asimile.

Con novillos exentos de puyazos de la ganadería de Campo Hermoso el ganadero se llevó el agradecimiento por haber mandado animales con tan buenas notas de tientas a un festejo muy menor, eso es apoyar a la fiesta.

Y volviendo en lo que andábamos decir que esto del maratón sin alternativas a como sea es positivo, no obstante las divergencias en las redes no se hicieron esperar,  todo por el disgusto y por ende rechazo a que se den vacadas en la Plaza México, no obstante que el reglamento prohíbe que se lidien vacas  anunciaran tal vez los festejos habilidosamente como festivales y asunto arreglado, más eso no exime que con ello se esté desinflando el  prestigio que debe guardarse a un coso monumental.

¿Qué podemos hacer ante ello? Pues no sé las demás plumas, teclas y voces, pero ésta cuando salgan las vacas ni mi café con leche, de esa que hace nata, tomare por añoranza a que hace 55 años los maletillas y aspirantes a novilleros radicados en lo que era el D. F. y los de sus inmediaciones estábamos pendientes de cuando se corriera la voz de que en  Teotihuacán iba a ver vacadas, que se daban en un cerco formado con trancas en forma circular, el único requisito pa’ echar la capa era llegar temprano, así comenzaban a salir las bravas y dependiendo de cómo te mostraras dependía que al final fueses elegido pa’ compartir un torete, ante los ojos de los empresarios de carnavales y novenarios que iban a la pesca de quienes apuntaban el cante y les arrastraban los tanates pues en sus festejos echaban casta y criollos de media tonelada pa’ arriba.

Los maletillas suspiraban porque el maestro Estrada con su cámara manual de esas que no hacían truco, bueno ni telefoto tenía, le tomara a uno la codiciada foto, uno tímidamente y respetuosamente al finalizar la toreada le preguntaba al artista de la cámara, si el milagro se había producido, si Estrada asentaba se le dejaba un varo o dos quizás, cinco pa’ asegurar que la toma fuese revelada y la cita pa’ recogerla quedaba pactada a tal hora ¿Dónde cree usted? por supuesto en el Café Tupinamba así que del sábado al martes había chance pa’ juntar el complete, ya con la fotografía en la mano, pues a esperar que el ‘Ciego’ Muñoz se desocupara de sus menesteres que iba atendiendo por jerarquía; primero matadores, ganaderos, empresarios, novilleros y al último los maletillas, lo primero que preguntaba -¿traes ‘luz?-’ (parné)  -¿Qué, donde fue la charlotada?-, ¿qué paso mi ‘Cieguito’?, fue en Teotihuacán, novillos de casta -¿traes fotos?, -mmmm… pareces gusano de lo retorcido-, -¡bueno va! pero sin foto-, -¿y que le bailaste el jarabe…?-, -¡venga mi luz!- ¿pero si la va publicar?, -¿por quién me tomas?-, (fingía indignarse), -es más ahora ni te público- , -el que sigue-, ándele ‘Cieguito’  mire aquí hay un veintón, -que sea un cuarentón y me llevo la foto,  ¿y  a ver si hay suerte?, pero no te aseguro nada-, solo hay una peseta,  sin ver el dinero lo arrancaba de las manos junto con la foto, -el que sigue…

Hoy son otros tiempos, los del populismo taurino y electoral ese que ya lo advirtió el genial Don Mario Vargas Llosa, nos va hundir hasta la desgracia, más en la toreada todo es diferente, la plaza más grande del mundo a los chavales les pide llevar una foto vestidos de focos, si el terno es de la ajuga madrileña pues mucho mejor, un video que seguro será a colores, con sonido flamenco de fondo  tomado con una  cámara de última generación de esas que son maestras pa’ los trucos, tres cartas de recomendación que no sean de Ricardo Anaya porque ya se sabe que anda en entredichos y  en una de esas lo devuelven al corral,  ¡ah! y si todavía no les sale bigote, también requieren de un papel donde la madre, si es que tienen les de la bendición por escrito y hacer changuitos, porque como dice el vulgar ese del ‘Vitor’ que sale en la ‘telera’ ‘quien quita y es chicle y pega’.

Si alguno de esos chavales tiene la suerte de que no le den puerta y avanza  con  sus tenis Nike con válvulas de aire, en unos cuatro o cinco años estará listo pa’ que regrese a la Plaza México, con picadores y cuando lo haga sorpresota que se va llevar, al ver un modernísimo   Centro Comercial en donde en lugar de toreros soliciten ‘cerillos’ o  acomodadores de autos, oficios igual de dignos y de peligrosos porque en esta ciudad lo único seguro es que nadie está seguro.

Más sería oportuno que a estos conscriptos de la ilusión, alguien les dijera que en el toro nada es como parece, y lo que sí parece, es que aquí los verbos a conjugar son el interés, la coba, la soberbia y la ingratitud,  una maroma desafortunada con  cervicales quebradas  y a oír de por vida entre susurros la ‘Rosa de Guadalupe’  y si bien les va un novenario en templo del Tepeyac, también tienen que saber que en muchas plazas los empresarios no pagan  los servicios médicos, y por falta de ellos los toreros se les palman, hay que decirles que este oficio va a la baja en número de festejos y en algunos estados hasta  están prohibidos, por ello los que torean son muy pocos, además el sistema de contratación está encarrerado a la jornalería taurina, donde el destajo está por arriba del arte, eso sí, por la prensa rosa ni se preocupen siempre y cuando tengan apellido de dinastía chipén, ya la hicieron, tienen que checar si se van a tener que afiliar por una sola vez al gremio torero, pagar inscripción, cuota de actuación, seguro contra fregadazos y muerte,   a sus padres la inversión en ternos de luces, avíos y sobre todo en materia prima fuera del maratón es muy probable que les cueste un platanal, sin dejar de tomar en cuenta que torero que hoy en día no se hace en España, está cucho, ¿con qué objeto, pasar por todos esos riesgos y vicisitudes mis cuates? Si el que pincha en hueso ya les prometió parné  por rascarse las pelotas en lugar de arrimárselas al toro, pero  si realmente traen el alma caliente, pues atascarse ahora que hay vacas de casta.

Y ojala dentro de unos años no vayan a andar como el  contlapache de correrías del ‘Breco’ senior, el legendario ‘Curro Candela’ quien allá en ‘Sevilla Tlaixpan’ anda rumiando su amargura, mientras encuentra al culpable que le enveneno el alma de torería. Y ya que de baranda toque a Miguel Cepeda, la empresa sin duda de atracción, debe tener contemplado a Rodrigo el Breco II pa’ las novilladas estelares, pues éste es un torero que no solo le va de frente al diablo sino que le hace fiesta a lo que le salga por la puerta y tiene la envidiable virtud de conectar con el tendido, más rápido que un chasquido, pues trae un repertorio amplio, aromático y colorido que es lo que hoy en día gusta rete harto.

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