El toro en México
Por Bardo de la Taurina
No es necesario remitirnos
a la época de oro, ni siquiera a la de oropel,
sino al último año de la feria de Texcoco pa’ saber, que
en lo que se refiere a lo taurino, la palanca va pa’ atrás, pues bastaría
recordar que en el serial pasado los resultados
fueron más rojos que un curado de ‘pitaya’, por lo que se esperaba que el
gobernador, el presidente municipal y el patronato de la feria, tomarán cartas
en el asunto, dado que los festejos
deben de ser un escaparate reluciente de
la propia feria, sin embargo el agua no llegó a derramarse tal vez por la fe de la enmienda.
Como antecedente inmediato hay que dejar asentado que el
año pasado la feria taurina constó de seis festejos, en uno de los cuales quedó
anunciado ‘El Emperador del Toreo’ Enrique Ponce, quien en la reciente temporada de la Plaza
México se convirtió en la fruta más apetecible por todos los públicos después
de la faena celestial que le bordó a ‘Vivaracho’, pero quedo claro que la
empresa de Texcoco ni se se percató de ello, sin descartar que tal vez el
figuron desairó, a como haya sido, sin
Ponce la feria quedo renca y sobre el tema de las ausencias incomprensibles y
lamentables que le van a restar atractivo, salta una pregunta ¿cómo en una
feria, donde orgullosamente el caballo Azteca es simbolismo?, no incluyeron a un
rejoneador, netamente, típicamente, cien por ciento, emblemático y único
mexicanísimo que lo es sin duda ‘El
Charro del Rejoneo’ Joaquín Gallo. Empresa esto es una feria con subrayado del
caballo y jinete, garante de lo tricolor,
no un jugar a romper la piñata con la venda en los ojos, agarrando a palos la
tradición popular mexicana.
En este
2018, solo se van a dar tres festejos a
lo largo de veinticuatro días donde se
presentarán las estrellas mayores en sus especialidades, como en la música los
son; Alejandro Fernández, Paquita la del barrio, Julión Álvarez, Edith Márquez,
Bronco, Los Tigres del Norte, La Banda
MS, Chuy Lizárraga.
Y aquí cabe decir que una
cosa es como el empresario ve y entiende la fiesta y otra es como los aficionados y el pueblo quisieran verla, lo cual no siempre se logra,
comprendiendo que un empresario que comparte otras diversidades, difícilmente
va a estar compenetrado al detalle con
los gustos de la raza, para ello tendría que tener a un staff externo de
asesores profesionales y efectivos, que le pulsaran por donde van las
tendencias, las predilecciones de la
gente y que le reporten directamente a él, para que entonces el dueño de la empresa con mano fuerte, firme, lógica,
decidida, ordene, instruya, mande a sus subordinados el implementar el tinglado.
En el caso particular de
Texcoco por principio de cuentas tres festejos son nada pa’ una feria tan
cacaraqueada que además se alimenta en gran tajada con la gente que asiste de
la capital, luego ¿que toros quiere la afición ver lidiarse? Pues a todas luces
la vox populis clama por los Piedra Negras y por los José María Arturo Huerta. ¡Pues bríndeselos señor!, y que conste que todos
sabemos que dentro del abanico de sus negocios tiene una ganadería, pero no
estamos hablando del negocio del ganadero respetable sino del empresario visionario,
al que además el librito de la lógica le dirá que al lidiar sus toros tan cercanamente
en fechas y en el mismo coso, corre el enorme
riesgo de que si el primer encierro por cualquier causa no camina, va a influir negativamente sobre la siguiente
corrida.
Otro punto, ¿por qué alterar una corrida volviéndola mixta?, teniendo tan atractivos y
solventes rejoneadores mexicanos con alternativa, seamos sinceros y claros, a las cosas por su nombre, esto
obedece a la bota en el cogote que
sin duda le puso el dictador de Navarra
Pablo Hermoso, pa’ que el puberto
güerejo con los lujosos y amaestrados caballos
del padre, les hiciera monerías a los degradantes serruchados vacunos que lidia.
Estamos por cumplir
quinientos años de que los españoles nos invadieron de entonces acá se
sostuvieron sangrientas batallas y con el tiempo se bordó la paz y la
convivencia, hoy compartimos tradiciones como la fiesta de los Toros y por ello
no debemos ya permitir, ni en Texcoco, ni en ninguna plaza, que el
caballista en su ocaso, imponga a
su vástago tratando de heredarle un
trono, bajo la amenaza que si no torea ‘Memín’, el padre nanay.
Si quieren que el escuincle
rejonee que lo haga abriendo una novillada pues de la manera en que se lo están permitiendo
es injustificable, además de que
taurinamente no es nadie. O bien, lo coherente, lo natural, lo lógico sería que
estando en la feria del caballo den un
festejo de rejones, que se hace obligatorio y ahí sí, bienvenido como todos los españoles en igualdad y en hidalguía,
tal cual nos lo enseño un enorme jerezano Don Antonio Ariza Cañadilla el de
‘Una mano amiga, tradición que obliga’ quien junto con ‘El Compadre’ Silverio
Pérez, en los albores de la feria la impulsaron hasta la fama mundial. Por
cierto ¿sabía usted que el fundador de la Feria del Caballo, fue el Ing.
Silverio Pérez Domínguez? Hijo del maestro Silverio.
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