domingo, 25 de febrero de 2018

En la feria de Texcoco ‘refritean’ apellidos y reses



El toro en México
Por Bardo de la Taurina

No es necesario   remitirnos a la  época  de oro, ni  siquiera a la de  oropel,
sino al último año de la feria de Texcoco pa’ saber, que en lo que se refiere a lo taurino, la palanca va pa’ atrás, pues bastaría recordar que en el serial pasado  los resultados fueron más rojos que un curado de ‘pitaya’, por lo que se esperaba  que  el gobernador, el presidente municipal y el patronato de la feria, tomarán cartas en el asunto,  dado que los festejos deben de ser un  escaparate reluciente de la propia feria, sin embargo el agua no llegó a derramarse  tal vez por la fe de la enmienda.

Como antecedente inmediato hay que dejar asentado que el año pasado la feria taurina constó de seis festejos, en uno de los cuales quedó anunciado ‘El Emperador del Toreo’ Enrique Ponce,  quien en la reciente temporada de la Plaza México se convirtió en la fruta más apetecible por todos los públicos después de la faena celestial que le bordó a ‘Vivaracho’, pero quedo claro que la empresa de Texcoco ni se se percató de ello, sin descartar que tal vez el figuron desairó,  a como haya sido, sin Ponce la feria quedo renca y sobre el tema de las ausencias incomprensibles y lamentables que le van a restar atractivo, salta una pregunta ¿cómo en una feria, donde orgullosamente el caballo Azteca es simbolismo?, no incluyeron a un rejoneador, netamente, típicamente, cien por ciento, emblemático y único mexicanísimo  que lo es sin duda ‘El Charro del Rejoneo’ Joaquín Gallo. Empresa esto es una feria con subrayado del caballo y  jinete, garante de lo tricolor, no un jugar a romper la piñata con la venda en los ojos, agarrando a palos la tradición popular mexicana. 

 En  este 2018, solo se van a dar  tres festejos a lo largo de veinticuatro días  donde se presentarán las estrellas mayores en sus especialidades, como en la música los son; Alejandro Fernández, Paquita la del barrio, Julión Álvarez, Edith Márquez,  Bronco, Los Tigres del Norte, La Banda MS, Chuy Lizárraga.

Y aquí cabe decir que una cosa es como el empresario ve y entiende la fiesta  y otra es como los aficionados y el pueblo  quisieran verla, lo cual no siempre se logra, comprendiendo que un empresario que comparte otras diversidades, difícilmente va a estar compenetrado al detalle  con los gustos de la raza, para ello tendría que tener a un staff externo de asesores profesionales y efectivos, que le pulsaran por donde van las tendencias, las predilecciones  de la gente y que le reporten directamente a él, para que entonces el dueño  de la empresa con mano fuerte, firme, lógica, decidida, ordene, instruya, mande a sus subordinados el implementar  el tinglado.

En el caso particular de Texcoco por principio de cuentas tres festejos son nada pa’ una feria tan cacaraqueada que además se alimenta en gran tajada con la gente que asiste de la capital, luego ¿que toros quiere la afición ver lidiarse? Pues a todas luces la vox populis clama por los Piedra Negras y por los José María Arturo Huerta. ¡Pues  bríndeselos señor!, y que conste que todos sabemos que dentro del abanico de sus negocios tiene una ganadería, pero no estamos hablando del negocio del ganadero respetable sino del empresario visionario, al que además el librito de la lógica le dirá que al lidiar sus toros tan cercanamente en fechas y en el mismo coso,  corre el enorme riesgo de que si el primer encierro por cualquier causa no camina,  va a influir negativamente sobre la siguiente corrida.

Otro punto,  ¿por qué alterar una corrida  volviéndola mixta?, teniendo tan atractivos y solventes rejoneadores mexicanos con alternativa, seamos sinceros  y claros, a las cosas por su nombre, esto obedece  a la bota en el cogote que sin  duda le puso el dictador de Navarra Pablo Hermoso, pa’ que  el puberto güerejo  con los lujosos y amaestrados caballos del padre, les hiciera monerías a los degradantes serruchados vacunos que lidia.

Estamos por cumplir quinientos años de que los españoles nos invadieron de entonces acá se sostuvieron sangrientas batallas y con el tiempo se bordó la paz y la convivencia, hoy compartimos tradiciones como la fiesta de los Toros y por ello no debemos ya  permitir,  ni en Texcoco, ni en ninguna plaza,  que el  caballista en su ocaso,  imponga a su vástago tratando de heredarle  un trono, bajo la amenaza que si no torea ‘Memín’, el padre nanay.

Si quieren que el escuincle rejonee que lo haga abriendo una novillada  pues de la manera en que se lo están permitiendo es injustificable,  además de que taurinamente no es nadie. O bien, lo coherente, lo natural, lo lógico sería que estando en la feria del caballo  den un festejo de rejones, que se hace obligatorio  y ahí sí, bienvenido como  todos los españoles en igualdad y en hidalguía, tal cual nos lo enseño un enorme jerezano Don Antonio Ariza Cañadilla el de ‘Una mano amiga, tradición que obliga’ quien junto con ‘El Compadre’ Silverio Pérez, en los albores de la feria la impulsaron hasta la fama mundial. Por cierto ¿sabía usted que el fundador de la Feria del Caballo, fue el Ing. Silverio Pérez Domínguez? Hijo del maestro Silverio.










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