martes, 3 de octubre de 2017

SE NECESITA UN TENDIDO 7


Por Bardo de la Taurina
Con uno de los climas de mayor desánimo que se recuerden en el ambiente, está por inaugurarse, el venidero noviembre muy cerquita del día de los difuntos, la temporada  de toros en la Plaza México, un serial en el que de entrada la empresa se ha hecho eco  del sentir de gran trozo de la afición en cuyo gusto ya no está José Adame como pa’  el honor  de inaugurar el ciclo de invierno, mismo que de cara a el serial nos pone  la disyuntiva de lo beneficioso que sería pa’ la fiesta el que en el graderío de la plaza existiese  un grupo, porra, peña, caterva a imagen y semejanza del Tendido 7 que opera en la Plaza de Madrid.

Desde que las cosas empezaron a ya no marchar como debieran en las plazas de toros, tuve  la certeza que una gran tajada de la responsabilidad de que eso estuviese sucediendo era causa de que había llegado la blandenguería a los tendidos, a cubrir  con un velo de tul rosita, el medio que ahora ya nada más es medio taurino, en una Fiesta Brava que por su propia naturaleza debería de ser bravía, más como ya todo está malbavisqueado pues se requiere urgentemente que lo que se pueda apuntalar se haga y tal vez en orden de importancia después del toro bravo, los toreadores enjundiosos, siga el Tendido al que hay que devolverle la no complacencia a lo turronero y eso es precisamente lo que hacen los aficionados del Tendido 7 en la plaza de Las Ventas, la que por algo es la más seria del mundo, claro que si caemos en el estribillo de que Madrid es Madrid y México es México, entonces no nos quejemos de lo que estamos padeciendo, empezando por la campaña de reclutamiento de aficionados la que ni siquiera la empresa la está pagando sino que la están cacaraqueando quienes permitieron que la fiesta equivocada creciera a costa de que la gente se saliera de las plazas.

Mas como también se salió la credibilidad  ya nadie le creé al trinar de los jilgueros de la empresa  y si en cambio se está pidiendo una voz, un Tendido 7, que exprima la pus, pa’ que el tumor de la mentira y la coba quede reducido a la mínima expresión y ya sin orejas regaladas, halagos falsos, cortinas de humo y llamadas a misa, el toreo vuelva a ser semilla, sustento y fruto de la fiesta y con ello volverá la veracidad acompañada del público.



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