miércoles, 21 de junio de 2017

LA MUERTE TORERA

                                                    


La muerte de un torero siempre será noticia como ocurrió con la de Iván Fandiño, a quien ahora llaman maestro, el que como todos tuvo su propia historia muy particular, por su origen vasco nunca le brindo un toro al Rey de España como es costumbre entre la torería, la vida se le fue en un país vecino  porque irremediablemente así tenía que habérsele ido, en la plaza francesa de Aire Sur L’ Adour,  producto de los estragos que le causó un toro  de Baltasar Ibán  cuyo pitón le reventó el hígado y la vena cava lo que le  provocó  que la sangre en un instante se le tornara color catafalco, producto de las fallidas glándulas hepáticas, a las que se sumaron los daños pulmonares y solo decir que cuando llego a la enfermería aunque vivo los latidos eran nulos, no permitiendo tomarle siquiera la presión arterial, luego se esperaron hasta que terminara la corrida  pa’ trasladarlo a un lugar a  donde se le pudiera  brindar atención quirúrgica, la que no se llegó a dar pues en el camino se le presentaron dos interrupciones cardiacas de las cuales ya no salió.

Y a lo trágico que no por ello deja de ser posible que ocurra en una plaza de toros, le siguieron una serie de hechos que ni a cual irle, comenzando por esa ‘familiaridad’ tan de acá con la que se refirieron al matador difunto, al que muy pocos conocieron aquí, a donde creo recordar solo lidio dos tardes provincianas, luego se me hace incomprensible que en plena era de la información, aduciendo ‘respeto al torero’ se haya solicitado en las redes sociales se retiraran las fotografías de la cornada  que son testimonios gráficos de un hecho real, fotos que además no llegaban ni al morbo ni al amarillismo. ¡Cuidado! no atraigamos a la  censura y menos demos pie a que los enemigos digan que esto es una barbarie, cuando la muerte es un hecho innegable.

Y por supuesto no podían faltar entre los anarquistas anti taurinos  las muestras de alegría   que les  provocó el deceso, a ellos se les ha contestado tal cual merecen lo que a otros  taurinos ‘decentes’ no les ha parecido y piden respeto pa’ los que no respetan ni a la muerte y pregunto ¿es con esa blandenguería con las que se va a defender la fiesta? ¡No!  La fiesta necesita la expresión de la inconformidad, no el silencio de los inocentes que es el que la ha vuelto débil.


Que acaso no nos hemos dado cuenta que cuando las empresas empezaron a considerarnos inocentes, por no decir pendejos a los aficionados,  fue cuando nos empezaron a meter gato por liebre, hasta hacernos tragar el toro que no es toro en edad, trapío, bravura y en ocasiones de dudosa integridad de cuernas, a lo que se sumó los toreros sobretodo de extranjería que les acomodaba ese engaño y el resultado lógico fue el abandono de los tendidos por una razón lógica, no se puede ser parte de un fraude y todavía pagar por contemplarlo.
La lucha por la recuperación de las plazas en algunos alberos, ciertamente se está dando cuando en ellos se anuncian como extraordinario lo que debería de ser normal, el Toro Toro, falta aún esas combinaciones interesantes y convincentes de toreros hambrientos de la panza o del orgullo por ser figuras a costa de lo que sea, el aplauso en vida o la muerte en el intento y será entonces cuando el público se entere de ello a través de los medios serios e independientes, que la gente empiece a regresar poco a poco a las plazas de toros.
Será infructuoso pensar que esto pueda suceder de otra manera, la fiesta de toros y toreros es de hechos, no de exhortaciones huecas, a volver a los graderíos, ¿a honras de qué? si los agraviados son los aficionados de siempre pues ha ellos se les tiene que reconquistar con nuevas propuestas y con ellas será con las que la gente vuelva a los tendidos y en esto sí tienen que colaborar todos los constructores del espectáculo, aportando cuando menos credibilidad y astucia, ¿Qué será muy complicado armar un cartel con Javier Tapia ‘Calita’ – Juan del Álamo – Ginés Marín con toros cinqueños de La Antigua?, ¡ah! ¿Cómo reaccionaría el público cuando sepa que Luis Conrado frente a   Roca Rey le mordió un pitón a un toro en puntas?, ¿los ira a ver usted cuándo los vuelvan anunciar?
¿O vamos a seguir con lo trillado?  




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