domingo, 11 de junio de 2017

El animal más bello del mundo

El Toro en México
Por Bardo de la Taurina

Permítaseme traer a la palestra a   Ava Gardner (La noche de la iguana) a quien el escritor Peter Evans se refiere en uno de sus libros como ‘El animal más bello del mundo’  y luego ella le reviro como queriendo restarle méritos a su pluma; ‘Mis vicios y mis escándalos son más interesantes que lo que cualquier novelista pueda fantasear’, era mujer de conflictos y sino que lo diga el mismísimo Frank Sinatra, quien por ella casi pierde su amistad con ese otro grande del clan Sammy Davis Jr.,  Ava vivió en España una larga temporada, mas desde antes ya gozaba la predilección por algunos toreros majos ante los que se derretía en esas tardes de sol candente que se vivían en el Toreo  de la fronteriza ciudad de Tijuana, lo que provocaba que los astros hollywoodenses montaran los celos y recelos, máxime cuando se dio aquel romance candente con ese torero que  fue adorado por las mujeres más hermosas del mundo, el play boy de la montera Luis Miguel Dominguín.

La relación de Ava Gardner con quien terminaría siendo esposo de Lucía Bosé, ocupo las páginas de sociales de los principales periódicos y revistas del mundo lo que llegó a provocar que Humphrey Bogart proclamara  a los cuatro vientos aquel reclamo ‘De todos los hombres del mundo, te tenías que enamorar de uno que lleva capa y zapatos de bailarina’, la beldad  que había nacido en Carolina del norte se sintió herida con ese comentario irónico e hiriente y como ya había bebido mucho del carácter bravío de la torería contestó;  ‘Luis Miguel no solo es el hombre más guapo y más dotado sino el más valiente del mundo’. Y esto me trae a la memoria  a ese personaje que lo fue el maestro Reynaldo Torres, quien en su faceta de mozo de espadas también toreo en esas mieles según lo narro para su biografía.

Al darle lugar al recuerdo de un hombre tan inmenso como lo fue el pintor fronterizo, nos lleva a confirmar que hoy México en todos sentidos ha perdido mucho en presencia mundial y sin ir más lejos en lo taurino refirámonos  a  lo que sucedió en esta feria de San Isidro, donde por principio de cuentas solo compareció un matador de nacencia mexicana José Adame quien el jueves pasado ha pisado por segunda ocasión la arena del Vaticano del toreo que lo es la Plaza de las Ventas de Madrid y de hecho lo ha hecho  sin hacerlo, sin enjundia, pasión, ambición, entrega, orgullo, convencimiento y con eso queda dicho todo y pa’ acabarla de rematar dos españoles subrayaron lo dicho, ya que Manuel Jesús ‘El Cid’ estuvo ensolerado y en señor respetable dejando ver el buen cante que posee y que en México no se le ha visto y por el otro lado el salmantino Juan del Álamo salió  como se debe de salir en Madrid, téngase el toro que se tenga, asirse a un clavo ardiente,  a no dejar dudas, a entregarse, a pelear, a   poner su nombre en la memoria de todos los presentes que lo vieron en vivo y de los que lo vimos a través de la televisión con todo y que el presidente defendió su sitio de protagonista y bandido robándole una segunda oreja en su primer toro, más en su segundo el ambicioso espada le volvió arrancar otra oreja  y le saco de la bolsa al injusto la llave de la Puerta Grande.

Juan del Álamo esa tarde ante uno de los  que firma contratos pa’ la Plaza México, dio mil razones para venir obligatoriamente a la Temporada de Invierno,  soportado por una campaña publicitaria que ya cuando salga el toro él se encargara de hacer lo demás…

Siempre los españoles enseñándonos como se deben de hacer las cosas,  aunque de corbata se haya llevado a uno de Aguascalientes, al que le urge  un año sabático (no lo van a dejar) pa’ reencontrarse, tiempo en el que va a caer en mucho de olvido pero muchas veces es mejor volver a empezar y ojala la gente de  ‘tricolandia’ ya deje de joderlo con ese cuento de que es la primerísima figura, lo cual él se lo cree y  aunque esto sea figurativo la etiquetita lo está encorvando,  y me pregunto ¿Qué es muy difícil reconocer que su modelo o versión de torero da hasta ahí?, lo cual no es un pecado,   incluso es un logro  como lo ha sido transitar de niño a  torero cuña, como lo fue en algún tiempo y ahora es un torero que paso lista de presente en el desfile español,  aunque haya sido en carteles de medio pelo y con medios resultados y  al expresar esto ya sé que los adamistas me estarán pidiendo el sustento, pues ahí les van de una vez; lidio cinco toros lo que significó que tuvo pa’ avalar un triunfo diez orejas, cinco rabos y dos puertas grandes lo que se redujo a que en los veinte últimos segundos de su primera tarde con un  recurso no muy común en la forma de matar y un afortunado y aparatoso desenlace, se hizo de una oreja, resumiendo por lo conciso la primera tarde le falto técnica y en la segunda actitud y por ende si no hubo de lo básico del moño del arte, pues ya ni hablar, más si ahí estuvo y cortó una oreja, eso no se discute, lo que se discute es lo que dejo de hacer.

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