lunes, 24 de abril de 2017

La invención por inventarse, ya se inventó.

Quienes son afectos al ‘chismógrafo’ (Facebook, twitter y WhatsApp) sobre el que me decía un psicólogo de cantina, es un chocho pa’ darle desahogo al pecado del exhibicionismo cursiento, con una buena dosis de mentirotas,  a través del cual  se enteró, de que estaba muy poco enterado, de cómo estaba en ‘Mexicalpan de las tunas’ este asunto al que los ‘lights’ llaman’ ‘La fiesta new age’ y me preguntaba ¿si yo sabía de esa invención que se está inventando   para que la fiesta se transforme en un invento actualizado?  -pues así como invento, no me lo pasaría por el cogote, porque esto está inventado siglos atrás y de ejercerse en México estamos hablando de quinientos años-.
Lo que sucede, que lo que sí ha cambiado radicalmente, es la gente y ellos son los que  están adecuando la Fiesta Brava  para que les ‘embone como chile’, y esto pienso que se debe a que el arte puro, no debe de ser sencillo de entenderse, bueno ni de conocerse siquiera, transición que se  da a costa de la pérdida del romanticismo, la cordura,  las tradiciones, y bueno, todo esto se reduce a que como hoy salvo los toreadores que España, Francia y Perú nos mandan y algunos del menú autóctono, son pocos, por ello se necesita darle fuerza a la flama y  ¿Quiénes más  nos van a despertar admiración e interés dentro del ruedo? con la excepción latente que provoca la evolución de la promesa a figura que lo es Sergio Flores, quien  bajo el apoderamiento de los señorones Julio Muñoz Cano y Roberto Viesca, los que con  pasión por  la fiesta y un caudal de pureza en lo ético, están logrando que el torero de Apizaco con su enjundia, buenas maneras, aroma y carencia de conformismo, vaya viento en popa.

Pero si tomamos la fiesta como un todo, en sus fracciones o aristas el volumen casi no hace volumen y por eso es que la gente  está buscando a ver dónde o conque completan el pastel, pero los poquitos nunca serán suficientes aunque en el huateque que se está tratando de inventar quieran que el confeti y las serpentinas sean kermes, pero  en realidad no son nada porque la fiesta en México no tiene contundencia en ninguno de sus tramos, salvo en el del vacío o los vacíos que ese si está lleno, por eso pienso que estamos ante una fiesta  que en mucho encajan en el concepto de los ‘Doble A’ (Aficionados Anónimos), ¿Cómo cuáles? Pues yo que voy a saber, si por eso son poquitos y anónimos y es que imaginemos  que  peso, importancia o significancia, puede tener  una pequeñísima caterva que no rebasa las cincuenta cabezas en un universo de miles.  ¡Pues nada!, es lo mismo que sucede en la cámara de diputados con sus quinientos mequetrefes, no son nada, ni representan nada de este país al que solo  ordeñan.

Más como así son las cosas hoy día, aunque no comulguemos tenemos que registrar que estamos atravesando  por una época donde una fiesta grande hay que verla con lupa para encontrarle sus valores, no así sus aberraciones porque esas afloran y perturban como escamas, tomemos como ejemplo la desolación en la balanza  que se dio durante la feria del caballo en Texcoco donde el caballero de a caballo del que más se habló, lo fue el que con su ausencia se puso en la añoranza y en el suspirar por él, Joaquín Gallo el rejoneador charro, el que con su mexicanidad  era clavado pa’ esa feria y que en su lugar a excepción de los maestros Mendoza y Santos llevaron anónimos que en vez de irle al toro, se fueron como  chivitos al precipicio, pero  ¿que se podía esperar de una empresa?  que circundaba el anillo y en volandas buscaba aplausos mientras permitía  que con los toreros aún en el ruedo en una falta de respeto absoluto, encendieran las bocinas pa’ que con su infernal ruido,  la guaracha y el merengue invitaran al bailongo en la plaza de toros y pa’ acabarla de amolar ahí estaba la novedad del toreo  mundial Andrés Roca Rey, así que si en España a donde van dirigidas estas letras le cuentan que las ferias  en México, en algunas plazas son un desastre o más bien un desmadre, créaselos, porque tristemente es cierto.

Mas pa’ cerrar no con el corazón compujido y si con el pecho inflado, compartirles que  como tsunami saltaron las burbujas en la feria de San Marcos en Aguascalientes con motivo que el ganadero de abolengo y visión periférica de lo que debe de ser un toro de lidia Don Juan Pedro Barroso, ganadero de Jaral de Peñas,  ha mandado un caviar colorado entre otros obsidianas para que se dieran un quemón  los de por allá, de lo que es una corrida de toros,  ‘Tío Julio’ que era un tío con 521 kilos a la par con el herido Diego Silveti escenificaron una obra que concluyó cuando el toro tomo el camino a casa vivito y coleando, mientras Andrés Roca Rey como buen coleccionista siguió sumando peludas.
Y hablando poco pa’ callar temprano, decir que todavía el fin de semana con plazas desairadas en los tendidos, los maestros Enrique Ponce y Pablo Hermoso de Mendoza, seguían levantando dólares en carretadas y la malagueña Mary Paz Vega no para de levantar orejas, pues así las cosas por acá donde estamos esperando entre inocencia e inconciencia, que las bombas H que llegaran de Corea del Norte, nos salpiquen con consecuencias que serán dramáticas, esto por su  colindancia con los Estados Unidos, el cual en una de esas nos inundara de inmigrantes, ahora al son del ¡no al muro! Por parte de los gringos y hablando de frontera tómelo como un mal presagio, pero a la plaza de Tijuana ya le pusieron el letrero ‘En Venta’ así que el mundo perderá a su tercera plaza de toros con mayor aforo después de la México y la de Madrid, la cual se convertirá en un apetitoso pastel inmobiliario de casi 80, 000 m2 de terreno. ¿Por qué será?

Regreso no a mi bunker, pero sí a mi inframundo.





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