jueves, 18 de agosto de 2016

POR FIN VUELVEN LAS NOVILLADAS A LA CDMX


Este próximo fin de semana los acordes bravíos volverán a musicalizar la bóveda celeste de la capital mexicana, para que un puñado de chavales suelten la adrenalina y las zapatillas toreras, los impulsen hacía una incierta aventura, la que de  ninguna manera será sencilla de solventar, pero mucho más complicado o más bien imposible, lo sería si no se intenta, la seda  con oro,  plata y pasamanería, dejaran el armario y los avíos a estas alturas estarán siendo engomados, la temporada dicen los jilgueros de los campanarios es o será prometedora, ignorando que en esto del toro no existen toreros prometedores sino en todo caso realidades tiernas y es que a los muchachos o se les ve poco o mediano  y en casos excepcionales  mucho, que siendo sinceros  es casi inusual, tan es así que a nivel   local,  solo un becerrista llamado Cristóbal Arenas ‘El Maletilla’ se ha hecho acreedor a lo excepcional, más dos novilleros Leo Valadez y Luis David Adame, andan en la línea de las realidades cuajaditas y por ahí algunos que como realidades aportan  números pa’ el Melate pero no todos en conjuntos y menos en orden, estas palabras pueden sonar crudas o claridosas o incomodas, pero  ahí están los hechos, el caso es que la capital volverá a  ser sinodal de un bonche de novilleros los cuales deben de estar conscientes del por qué estarán en la Puerta de Matadores y ojala estén ahí porque se les da su gana y no porque estén excomulgados con los estudios, porque sean vagos de nacimiento, porque estén engañados o porque sus padres  a fuerza quieren hacerlos toreros, de  estas razones absolutamente todas tienen un destino que no es otro que el fracaso, lo cual es natural sino se tiene el coraje suficiente para emprender una lucha de la cual no están convencidos, a esto hay que sumarle en el mejor de los casos, que el querer es una cosa y otra muy distinta es el tener con que lograrlo, por ello el examen de conciencia es tan necesario pa’ los novilleros y es que si no saben realmente primero de que están hechos y segundo, que armas portan, pues ¿cómo van a salir a surcar la arena? y menos a dejar huella si no hay 

                                                                                                                                      Arte Ricardo Guevara
El tema es harto complejo y aquí si permítanme decirles que en el toro muchas cosas son beneficiosas y otras tantas son perjudiciales, como lo son los son los beneplácitos que se reciben y las decepciones que se sufren, pero no crean tampoco que esto es tan difícil como ir a la luna, es todavía más,  pero miren  chavales en este mundo a diferencia de en el que vivimos  los mortales, aquí rifa otra moneda, aquí el dinero pa’ comprarles toritos, trajes de la ajuga, pa’ organizarles novilladas en las cuales ustedes sean el muñequito del pastel, pagarles un vocero de prensa como si fueran figuras, chayotear a los  distorsionadores de la realidad, comprarles publicidad ficticia, trasladarlos en unas camionetotas que ya las quisiera el ‘Pejelagarto’ y comprarles en la central de abastos costales de coba, a final de cuentas todo lo que eso produce es pasajero, puede hacer que su  la familia muégano con todo y el perico los vaya a ver a la plaza, los aliente con  pancartas de <I love you torero>.



Pero todo eso es efímero, si ustedes no consiguen esa moneda a la que me refería y que no la va a sacar papi ni del cochinito ni de la chequera de la ilusión porque es más cara que el dólar, y se llaman orejas, las que  tienen que arrancarle  ustedes a los novillos con arte, con valor, con enjundia, con capacidad, con  entrega  y aunque parezca paradójico no con sacrificio sino con gusto por lo que están haciendo, si ese es su caso preséntense los próximos sábados al mediodía en la Plaza de Toros Arroyo de la Ciudad de México y partan plaza, sino váyanse a Reino Aventura donde nadie les va a pitar, ni menos un toro les va a dar una cornada, ni una maroma, además sin necesidad porque esto es pa’ hacerse figuras si no, no vale la pena el arriesgue, pues vivir del cuento muchas veces sale caro, ‘En el mar la vida es mas sabrosa…’

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