miércoles, 24 de agosto de 2016

CON LA ILUSION A FLOR DE PIEL

      Arte Rafael Guízar
 Las ilusiones pa’ mi menda, vienen siendo divisas de alegría, aunque confieso que estas cada vez son más escasas,  mas  hoy me permito ventilar  la ilusión que me causo ir por primera vez a la Plaza México. Era la temporada 1954 - 55  vi a un torero muy altote llamado Emilio Ortuño ‘Jumillano’, esa tarde fue como destapar el frasco de las ilusiones, el cual parece no agotarse en mí y por el contrario, reciclarse cada vez que se va a inaugurar una temporada  como la de Novilladas, las que recuerdo costumbristamente se han dado con cuacos, claro que existe otra modalidad que ahora saldrá a la palestra y es  en las que los varilargueros ven  el  festejo desde el tendido, más sin embargo para los chavales es una opción a un comienzo necesario y es que la historia siempre se escribe con el principio, por ello unámonos a ella estando en ella sin regateos y  pensando que esto más que de fe es de certeza y ojala tomemos conciencia que muchos sobramos en la fiesta, más los nuevos tienen derecho a demostrar que pueden tener un lugar en ella y que nunca lo tendrán si no se les brinda una oportunidad.

 Y como el tiempo es mutante y con el todo varia, se llegó a
 pensar o a dudar que la temporada se fuera a realizar, pues la brújula apuntaba al laberinto de las incertidumbres, mas como por arte de magia, amor a la fiesta y una dosis de aventura, surgieron dos hombres empresariales que no requieren de panegíricos, ni en sus giros taurinos, ni en los  profesionales, ellos son el  galardonado con la medalla Belisario Domínguez, Don Alberto Bailléres González  y el Arq. Javier Sordo Madaleno, quien recientemente se vistió de luces con el reconocimiento de Arquitectura que le fue otorgado en el marco; The Real Estate Show, donde  Don Javier expresara <En México podemos hacer grandes cosas y materializar grandes sueños> (cita centrourbano.com), este pensamiento o  convicción seguramente lo podemos aplicar al medio taurino y de ser así, estamos ante un hombre que sabe a lo que va y esto en la Fiesta Brava  es oro molido. La batuta direccional se la entregaron a un joven emprendedor llamado Mario Zulaica, quien conoce el medio de los tiempos presentes en todas sus facetas, mas no la llevara fácil, sobretodo  en la  temporada chica, donde no contara con las dos realidades o cuando menos con una de ellas que lo son Leo Valadez y Luis David Adame.

Siguiendo con el matador Zulaica hay que estar conscientes que no todo depende de él, pues la verdad sea dicha la parrillada no está muy jugosa y es que si ustedes me lo permiten habría que señalar  que si las circunstancias  fueran otras, pues el panorama en el albero sería diferente, pero hay que guisar con lo que se tenga, sin que esto quiera decir que antes se tuvo más que hoy, simplemente que los tiempos son diferentes y en los de ahora ya  no se cuenta con un símbolo de la torería nacional (Silverio Pérez), un mandón (Manolo Martínez), un ídolo (Eloy Cavazos), tres toreros imanes como ‘Los Mosqueteros’ (Rafael Rodríguez, Manuel Capetillo, Jesús Córdoba), un torerazo de personalidad (Lorenzo Garza), un desbordador de arte (Fernando de los Reyes ‘El Callao’), una tercia de jalón (Valente Arellano, Ernesto Belmont, Manolo Mejía), un par de gallos (Gabino Aguilar y Abel Flores),  y  que conste que ahora hay toreros de gran calidad, aunque tampoco en boyantía las cosas en su justa medida y hablando de justicia ojala un día seamos justos con el más emblemático de los novilleros Félix Guzmán, cuyo espíritu hoy debe de estar presente, como un ejemplo de la entrega, la enjundia y el valor que es lo menos que pueden demostrar quienes estarán recibiendo la oportunidad de su vida y a quienes habrá que medir con el equilibrio de su estatus y no amelcochándonos al grado de confundir  que hay que premiarlos por simpáticos y no por toreros.

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